Hay algunas tareas que te lanzas inmediatamente a resolver, y otras que vas retrasando eternamente. Es normal; le pasa a todo el mundo. Pero, ¿sabes por qué?

Es obvio que puede haber muchas razones para retrasar una tarea. A veces necesitas hacerla porque no es el momento adecuado o no es tu prioridad. Pero otras veces, puedes estar sufriendo un problema común: falta de claridad.

Las tareas claras ofrecen una gratificación inmediata. Sabes cómo hacerlas, así que antes de empezar puedes imaginarte el proceso, los pasos y, por último, el resultado. Te sientes bien cuando está hecho, y listo para saltar al siguiente reto.

Cuando una tarea no está suficientemente clara, las cosas cambian. Dudas y vacilas. Supone un esfuerzo adicional porque no puedes imaginarte el proceso, los pasos o el resultado. Y si no puedes verlo en tu cabeza, es extremadamente complicado completarlo.

Entonces, ¿cuál es la solución? Si crees que te falta claridad en un proyecto/tarea, no sientas pena por invertir el tiempo que necesites para entenderlo completamente. Pregunta a tus colegas, clientes o investiga las partes que te resulten confusas. 

Identificar esta situación puede ser bastante complicado, pero te recomendamos que pulses el botón de alerta cada vez que te demores demasiado, vaciles y dudes sobre una tarea. Si eso ocurre, acláralo y ve a por ello.