Consejo profesional para creativos: aporta la energía adecuada en el momento oportuno
El proceso creativo puede parecerse mucho a una montaña rusa. Sube, baja y vuelve a subir en un santiamén. Es imposible evitar estas curvas emocionales, pero lo que sí puedes hacer es identificarlas y contraatacar.
La energía de los equipos es contagiosa. Cuando un miembro empieza a mostrarse pasivo o distraído, es fácil acabar con un grupo desmotivado. Lo mismo puede ocurrir cuando alguien aporta buena energía a un equipo que se siente paralizado.
Los buenos jugadores de equipo y los buenos líderes saben leer la energía de la sala y contribuyen a dirigirla hacia la que se necesita en esa fase del proceso.
No es una tarea fácil; hay varias complicaciones:
Leer la sala
Cuando haces tus suposiciones, puedes fallar y provocar interpretaciones erróneas. Y si preguntas, puede que la gente no te responda con sinceridad o que ni ellos mismos se den cuenta de cuál es la situación. Haz reflexiones con tu equipo, busca señales y, en cualquier caso, habla por ti mismo. Si sientes que necesitas energía, tráela o pídela.
Identificar la necesidad
No todas las etapas necesitan el mismo tipo de energía. Al idear, quieres que el equipo esté a un alto nivel, pero no lo necesitarás al filtrar ideas o al investigar. Estar siempre a tope no es práctico ni realista.
Cambiar el estado de ánimo
Por último, digamos que has leído correctamente la sala y has identificado la necesidad de la situación. ¿Cómo puede cambiar la energía de su equipo? Imponer sólo creará frustración. Empieza por ser tú mismo un ejemplo y espera que los demás se sientan conmovidos.
La tarea requiere mucho esfuerzo, empatía e inteligencia emocional, pero puede hacer que su equipo alcance el siguiente nivel.
